Por la inteligencia artificial, el mercado laboral cierra sus puertas a la generación Z. Las ofertas de primeros empleos caen casi un 30% en Europa y uno de cada tres jóvenes se arrepiente del sector elegido.

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando el mercado laboral europeo de una forma profunda y, para muchos jóvenes, preocupante. Entre enero de 2024 y julio de 2025, las ofertas de empleo para puestos de nivel inicial se desplomaron un 29% a nivel global, según los últimos informes de empleo en Europa. En sectores donde tradicionalmente se concentraban las primeras oportunidades laborales, el descenso ha sido aún más drástico: un 35% en tecnología y un 24% en finanzas.

Este retroceso golpea directamente a la generación Z, que enfrenta el mercado laboral más competitivo y restrictivo en décadas. La automatización impulsada por la IA, la presión económica y la reducción de costos empresariales están reduciendo los espacios de aprendizaje e inserción profesional para los recién graduados. Lo que antes eran “puertas de entrada” al mundo laboral se han convertido, hoy, en filtros cada vez más estrechos.

España, entre los países con mayor desalineación profesional

España se destaca como uno de los países europeos con mayor desalineación entre empleo y aspiraciones profesionales dentro de la generación Z.
Un reciente estudio de Randstad revela que el 44% de los jóvenes españoles reconoce que su trabajo actual no coincide con la trayectoria profesional deseada, y un 37% admite arrepentirse del sector elegido. Esta brecha refleja un desajuste estructural entre la formación recibida, las expectativas y las oportunidades reales disponibles.

La falta de experiencia, la inseguridad sobre las propias capacidades y la escasez de empleos estables empujan a miles de jóvenes hacia puestos precarios o alejados de su vocación. En palabras de un joven entrevistado por Randstad: “estudié ingeniería, pero trabajo en atención al cliente porque fue lo único que encontré”.

La renuncia a los valores propios: el precio de la estabilidad

Según el informe Claves laborales – Generación Z, dos de cada tres jóvenes españoles aceptarían un trabajo que no se alinee con sus valores personales si las condiciones económicas y los beneficios fueran atractivos. Esta tendencia refleja un cambio cultural: la necesidad de priorizar la estabilidad económica por encima de la realización profesional o los ideales.

La inseguridad y el miedo a quedar fuera del sistema laboral llevan a muchos jóvenes a aceptar cualquier empleo, incluso sin perspectivas de crecimiento. “La IA no solo está eliminando puestos, también está redefiniendo lo que significa tener una carrera”, apunta el economista laboral Jordi Andreu. “Los jóvenes ya no piensan en construir una trayectoria, sino en sobrevivir laboralmente”.

El auge del “trabajo secundario” y la pérdida de estabilidad

La falta de oportunidades plenas ha impulsado un fenómeno creciente: el “trabajo secundario” o multitarea laboral. Solo el 45% de la generación Z española cuenta con un empleo a tiempo completo, mientras que el resto combina varios trabajos temporales o freelance para lograr ingresos suficientes.

Aunque esta modalidad ofrece flexibilidad, también refleja la crisis de estabilidad: contratos breves, falta de seguridad social y ausencia de perspectivas a largo plazo. La economía digital y la cultura del “gig work” están reemplazando el ideal de carrera estable por uno de supervivencia fragmentada.

Inseguridad formativa y barreras estructurales

El sentimiento de insuficiencia es otro de los rasgos que definen a esta generación.
El 41% de los jóvenes españoles considera no tener la formación ni la experiencia necesaria para alcanzar el puesto profesional al que aspira, mientras que el 40% identifica su origen o situación familiar como un obstáculo en su desarrollo. Estas percepciones revelan una sensación de movilidad social bloqueada, donde los esfuerzos educativos no se traducen en oportunidades reales.

Una generación móvil, pero sin rumbo

La duración media del primer empleo en la generación Z española es de apenas 1,1 años, frente a los 1,8 de los millennials y los 2,9 de los baby boomers.
Solo uno de cada tres jóvenes prevé permanecer en su trabajo actual más de un año, mientras que el 53% está en búsqueda activa de nuevas oportunidades. La falta de progreso profesional y los bajos salarios se consolidan como las principales causas de rotación.

El futuro del trabajo, entre la automatización y la incertidumbre

La IA está generando nuevas oportunidades, pero también está elevando el umbral de entrada al mercado. Las empresas buscan perfiles cada vez más especializados, mientras reducen los puestos de entrenamiento y aprendizaje que antes permitían a los jóvenes ganar experiencia.

En este contexto, la generación Z enfrenta una paradoja: mayor formación que nunca, pero menos oportunidades reales. Sin políticas activas de empleo, programas de capacitación adaptados a la era digital y una revisión profunda del modelo educativo, Europa corre el riesgo de consolidar una “generación perdida” laboralmente, formada pero sin espacio en el futuro del trabajo.

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