Comer de la basura, “De la Prosperidad a la Pereza: La Épica Odisea de Milei y el Banquete de Basura en Mercadonia”

En un rincón olvidado de la surrealista República del Mercadonia, el Presidente Milei ascendió al poder con su peculiar filosofía económica. Su lema de campaña, “¡Menos Estado, más libertad!”, resonó en las mentes de los ciudadanos, que no podían esperar para vivir en un paraíso de mercado libre donde las decisiones se tomaban a través de subastas y gráficos financieros.

En su primer día en el cargo, Milei decidió privatizar el sistema de recolección de basura en nombre de la eficiencia del mercado. Los ciudadanos, emocionados por las maravillas del libre comercio, pronto se encontraron con basura acumulándose en las calles, pero todo valía la pena por el bien de la “libertad económica”.

La genialidad del presidente no se detuvo ahí. Para enfrentar el desafío del hambre, implementó una política revolucionaria: la “Dietonomía”. Proclamó que los ciudadanos, siendo individuos racionales y autónomos, podrían alimentarse mejor si fueran responsables de sus propias comidas. De esta manera, el gobierno dejó de proporcionar servicios de alimentación y, en cambio, animó a la gente a buscar sus propios recursos.

La población, entusiasmada por esta nueva era de autogestión, se lanzó a los contenedores de basura en busca de alimentos. “¡Es la mano invisible del mercado en acción!”, exclamaba Milei en sus discursos, convencido de que la competencia por los restos de comida llevaría a una prosperidad sin igual.

Las imágenes de ciudadanos rebuscando en la basura pronto llenaron las redes sociales. Sin embargo, el presidente insistía en que era simplemente un síntoma temporal del ajuste del mercado y que, eventualmente, todos serían dueños de sus propios restaurantes de cinco estrellas si trabajaban lo suficiente.

La ironía llegó a su punto culminante cuando Milei, en un intento por mostrar solidaridad, organizó una subasta benéfica con los alimentos rescatados de los contenedores. “¡El mercado de la caridad está en auge!”, proclamó mientras la gente pujaba desesperadamente por lo que antes era considerado desperdicio.

Finalmente, los ciudadanos de Mercadonia se dieron cuenta de que la libertad económica sin medidas de seguridad social puede tener consecuencias graves. Clamaron por un cambio, pero Milei, con una sonrisa irónica, simplemente señaló que la verdadera libertad significaba asumir la responsabilidad total, incluso si eso significaba comer de la basura.

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