Dorsen tiene 8 años y trabaja 12 horas al día para extraer cobalto para nuestros smartphones y ordenadores.
Hay niños de tan sólo 4 años que trabajan en las minas de la República Democrática del Congo, donde se extrae cobalto para nuestros teléfonos inteligentes y coches eléctricos, alerta una investigación de Sky News, cuyo equipo ha visitado varias operaciones mineras congestionadas y se ha encontrado con una “legión de niños” que trabajan en todas ellas.
Muchos de los trabajadores que extraen este mineral -un componente clave de las baterías de los smartphones y portátiles de marcas como Apple y Samsung – reciben sólo 0,09 euros al día por el agotador trabajo realizado en condiciones peligrosas. En una de las minas, el equipo encontró a niños que trabajaban sin zapatos bajo una fuerte lluvia, cargando bolsas pesadas.
Una de las niñas, Dorsen, de 8 años de edad, dijo a los periodistas que no había tenido suficiente dinero para comer en los últimos dos días, a pesar de que trabajaba unas 12 horas al día.
“Hay miles de minas no oficiales, no reguladas e incontroladas donde hombres, mujeres y niños trabajan en lo que sólo puede describirse como condiciones de esclavitud”, dijo Alex Crawford, corresponsal especial de Sky News.
“Todos los días, cuando me despierto, me siento tan mal sabiendo que tengo que volver a la mina de nuevo. Me duele todo el cuerpo”, dice Richard, un amigo de Dorsen de 11 años. En otra mina, los periodistas vieron a una niña de 4 años separar las piedras de cobalto.
Los túneles mineros son excavados con herramientas rudimentarias por mineros sin equipo de protección. Con la lluvia y la ausencia de soportes, estos túneles a menudo se derrumban. En una de las minas visitadas por el equipo, el derrumbe de un túnel había matado recientemente a un minero.
Los trabajadores no usan máscaras ni guantes, aunque la Organización Mundial de la Salud advierte que la exposición al cobalto y sus vapores puede causar problemas de salud a largo plazo.
Uno de los mineros, Makumba Mateba, cree que el tumor en su garganta se debe a que el agua de su aldea ha sido contaminada por la extracción de cobalto. “Bebemos el agua que proviene de las operaciones mineras, después de que todos los minerales han sido lavados en ella”, dice. “Cruza nuestro pueblo y lo bebo, y estoy seguro de que eso fue lo que me enfermó”.
El médico de una de las adeias, Becha Gibu, se queja de que los bebés a los que ayudó a nacer tienen enfermedades misteriosas. Nacen con muchas infecciones, a veces con erupciones cutáneas, a veces sus cuerpos están cubiertos de manchas”, dice, y añade que “todo esto es consecuencia de la minería”.
A pesar de ser uno de los países más pobres del mundo, la República Democrática del Congo es rica en recursos minerales y produce el 60% del cobalto utilizado en todo el mundo. Una quinta parte de este cobalto es extraído a mano o por mineros artesanales y vendido principalmente a comerciantes chinos, que buscan el mejor precio y no cuestionan el origen del mineral ni la identidad del minero. A su vez, los comerciantes lo venden principalmente al exportador Congo Dongfang International, una filial de Zhejiang Huayou Cobalt, proveedor de la mayoría de los principales fabricantes de baterías del mundo.
En 2016, Amnistía Internacional determinó que ningún país exige legalmente a las empresas que identifiquen sus cadenas de suministro de cobalto, lo que les permite eludir fácilmente el procesamiento.