Argentina: otra prueba más del fracaso del socialismo, del peronismo y del kirchnerismo

La paradoja de los modelos socialistas quedan claramente visibles. Desde el actual gobierno argentino, de Cristina Kirchner y su aprendiz, Alberto Fernandez, se escuchan frase como “Si gana la derecha, se va terminar todo lo que conseguimos”. Sorprendentemente, la pobreza en Argentina, y su debacle económica comenzó en 1950, cuando el caudillo nacional y popular, implanto sus políticas de supuestas mejoras para las clases trabajadoras. Y desde entonces, Argentina pasó de ser uno de los países más prósperos del mundo a casi un paria económico mundial. De nuevo, paradójicamente con un 80% del tiempo desde 1950, gobernado por el Peronismo y su intentada interpretación, llamada Kirchnerismo.

probres y kirchnerismo
La incidencia de la pobreza trepó al 39,2% de la población o sea más de 18 millones de personas

Mas allá que cuestión de la pobreza en Argentina es compleja y multifacética, se puede argumentar que las políticas populistas del peronismo han contribuido en cierta medida a la creciente pobreza en el país.

El peronismo es un movimiento político que ha tenido una gran influencia en la historia argentina, y ha gobernado el país en varias ocasiones desde la década de 1940. El peronismo se ha caracterizado por su retórica populista, que ha incluido promesas de igualdad social, justicia económica y protección del trabajo y los derechos laborales.

Sin embargo, estas políticas populistas han llevado a prácticas económicas que han tenido efectos negativos a largo plazo en la economía del país. Por ejemplo, se han implementado medidas como controles de precios y regulaciones del mercado laboral que han desincentivado la inversión extranjera y la creación de empleo en el sector privado.

Además, el peronismo ha sido criticado por su gestión económica ineficiente y corrupta, lo que ha llevado a una alta inflación, déficit fiscal y deuda pública. Estas políticas económicas han llevado a la disminución de la inversión en el país, la fuga de capitales y la recesión económica.

También es importante mencionar que Argentina ha experimentado varias crisis económicas a lo largo de su historia, lo que ha contribuido a la pobreza en el país. La crisis económica de 2001 fue especialmente devastadora, con una tasa de pobreza del 57% en ese momento.

En resumen, las políticas populistas del peronismo pueden haber contribuido a la creciente pobreza en Argentina al desincentivar la inversión extranjera y la creación de empleo en el sector privado. Además, la gestión económica ineficiente y corrupta también ha llevado a una alta inflación, déficit fiscal y deuda pública.

La cinica lógica del populismo de generar mas pobreza y comprar el voto con planes sociales

La lógica del populismo que busca generar más pobreza para comprar el voto con planes sociales es una estrategia política controvertida y, en última instancia, insostenible. Esta estrategia se basa en la premisa de que los ciudadanos más pobres son más propensos a votar por un político que les ofrezca beneficios directos y tangibles, incluso si estos beneficios son a corto plazo y no resuelven realmente los problemas subyacentes de la pobreza y la desigualdad.

En lugar de abordar los problemas estructurales de la pobreza y la desigualdad, los políticos populistas que emplean esta estrategia a menudo prefieren mantener a los ciudadanos en la dependencia del Estado, creando una cultura de asistencialismo y dependencia que perpetúa el ciclo de pobreza en lugar de romperlo. En lugar de proporcionar una solución sostenible a la pobreza, los políticos populistas tienden a ofrecer programas y políticas que son costosos y difíciles de financiar, lo que puede llevar a problemas económicos a largo plazo y un aumento de la carga fiscal para los ciudadanos.

Además, esta estrategia también puede ser vista como inmoral y manipuladora, ya que implica la explotación de la vulnerabilidad de las personas para obtener votos y poder político. En lugar de ofrecer una visión clara y coherente para el futuro, los políticos populistas que utilizan esta estrategia a menudo se centran en ganar elecciones a corto plazo sin preocuparse por las consecuencias a largo plazo.

En resumen, la lógica del populismo que busca generar más pobreza para comprar el voto con planes sociales es una estrategia insostenible, inmoral y manipuladora. En lugar de ofrecer soluciones sostenibles y efectivas a la pobreza y la desigualdad, los políticos populistas que utilizan esta estrategia tienden a perpetuar el ciclo de pobreza y dependencia, creando problemas a largo plazo y socavando la integridad del sistema político.

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