Ecologìa

Empresas dedicadas al servicio de la ecología

Empresas Ecológicas o servicios ecológicos:

Como puede la inteligencia artificial ayudar a la ecología del planeta?

La inteligencia artificial (IA) puede desempeñar un papel importante en la protección y mejora del medio ambiente y la ecología del planeta. Aquí hay algunas formas en que la IA puede ayudar:

  1. Monitoreo ambiental: La IA puede utilizarse para monitorear el medio ambiente, recopilar datos y analizarlos en tiempo real. Esto puede incluir la monitorización de la calidad del aire y del agua, la identificación de patrones de deforestación y la detección de especies invasoras.
  2. Predicción del cambio climático: La IA puede ayudar a los científicos a modelar el cambio climático y predecir su impacto en el medio ambiente y la ecología.
  3. Conservación de especies: La IA puede utilizarse para ayudar en la conservación de especies en peligro de extinción. Por ejemplo, se puede utilizar la IA para analizar imágenes de satélite y detectar patrones de deforestación que pueden amenazar a las poblaciones de animales.
  4. Agricultura sostenible: La IA puede ayudar en la producción de alimentos y la agricultura sostenible al ayudar a los agricultores a tomar decisiones más informadas sobre el uso del agua y los fertilizantes, y al identificar y predecir enfermedades y plagas en los cultivos.
  5. Energía renovable: La IA puede ayudar a optimizar la producción y distribución de energía renovable, lo que puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En resumen, la IA puede ser una herramienta valiosa para ayudar a proteger y mejorar el medio ambiente y la ecología del planeta, y se espera que su uso en este campo continúe creciendo en el futuro.

Pensamiento Ecológico Empresarial, ¿Qué es?

La ciencia de la ecología hasta donde sabemos siempre ha tenido un enfoque holístico a la naturaleza, están conectados por sistemas y comunidades. El pensamiento ecológico se hace necesario para nosotros para sobrevivir y tener la Tierra es suficiente para los próximos años. Según Shoshanah Keni, jugamos un papel importante en los “sistemas abiertos” de la ecología y el mundo alrededor de nosotros porque somos actores, que interract con los diferentes componentes dentro del sistema y también somos los reflectores, que son plenamente conscientes de que el sistema y la forma en que interactúan dentro de lo que nos hace responsable de entender las acciones que tomamos.

Tenemos que entender que sólo hay una cierta cantidad de recursos a nuestra disposición, y aquí es donde pensar ecológicamente nos ayuda a pensar en mejores formas de ser ingenioso. Aquí es donde podemos utilizar la estrategia Mitchel Resnick ARBOL:

Pon a prueba al azar (enviar raíces en todas las direcciones)
Evalúe (determinar que las raíces de encontrar el mejor suelo)
Elect (elegir qué dirección mover, basado en la información de las raíces)

Con el tiempo, la mejor estrategia aparecerá a través de la evaluación de la prueba y error. Estrategias ecológicas tiene dos características comunes, siendo sensibles a las condiciones locales y de adaptación a las condiciones cambiantes. En un sentido de ser sensible, las decisiones se basan en la información local que se combinan factores simples, no sólo una solución centralizada. Además, al ser adaptable a las condiciones cambiantes permite ajustar para producir nuevas soluciones para adaptarse a las necesidades de las nuevas condiciones.

La expresión “externalidades negativas” se acuñó para explicar los efectos secundarios no deseados de la acción de una empresa en su búsqueda de beneficios. Esta frase, aparentemente inocua, abarcaba desde los vertidos de petróleo hasta la diabetes infantil; el subtexto es que el beneficio y el ecologismo o la ética empresarial están reñidos. Para ganar más dinero, alguien en algún lugar tiene que recibir un golpe, y si las multas impuestas como resultado de estas externalidades eran menores que los beneficios que una empresa podía obtener, era un intercambio justo. El planeta, en muchos casos, era lo último.

Pero los tiempos cambian. Desde organizaciones multimillonarias como IKEA, Tesla y GE hasta las PYMES, cada vez son más las empresas de todos los tamaños que adoptan un enfoque empresarial más positivo para el medio ambiente.

Pero no se trata simplemente de hacer el bien por el bien. El ecologismo, las cadenas de suministro éticas, la banca ética… son cosas que también pueden tener un impacto positivo en la cuenta de resultados. Así que, como líder empresarial, ¿es el pensamiento medioambiental bueno tanto para el planeta como para el beneficio, y si es así, cómo puede participar?

El auge de la empresa ética
El término “empresa ética” puede hacer pensar en organizaciones sin ánimo de lucro o benéficas cuyo objetivo principal es hacer el bien en lugar de ganar dinero. Aunque esto podía ser cierto hace 20 años, hoy en día la comercialidad y la ética no son mutuamente excluyentes. Sólo hay que preguntar a Unilever.

El gigante multimillonario de los bienes de consumo lanzó su Plan de Vida Sostenible en 2010, una guía y una estrategia para encontrar proveedores sostenibles. Ocho años después, el 60% de sus materias primas se obtienen de forma sostenible (con el objetivo de llegar al 100% en 2020), más de 238.000 mujeres han recibido formación y apoyo y, lo que es más importante, el negocio está en auge.

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Sus marcas de vida sostenible, como Comfort, Dove y Ben and Jerry’s, están creciendo el doble de rápido que las demás marcas de su cartera y fueron responsables del 50% del crecimiento de la empresa en 2015. En relación con el éxito de estas marcas, el consejero delegado Paul Polman ha declarado: “Nuestros resultados demuestran que la sostenibilidad es buena para el negocio, y cada vez hay más pruebas de que nuestras “marcas de vida sostenible” obtienen mejores resultados.

El compromiso de Unilever con la sostenibilidad no pretende ser algo que no es. Quieren hacer del mundo un lugar mejor y más justo, pero también quieren obtener mayores beneficios. Un estudio realizado por la empresa reveló que las marcas pierden 868.000 millones de libras por no comprometerse con la sostenibilidad. El informe concluye que el 33% de las personas comprarían un producto porque creen que hace un bien social o medioambiental.

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